Desata en un impulso la madeja del sueño,guarda en algún lugar
los años pesarosos y comienza el camino del asombro.
Saboreando la brisa,Espíritu de Pájaro,vuela hacia el silencio.
La escena exige la complicidad de la noche,el argumento de las sombras.
De cara a las estrellas interpreta el espacio,se envuelve en esa música que es
sonido y es silencio.
En el eco de la profundidad,palabra como luna,musita la plegaria.
Lunamaría sueña que soñaba,traga el camino orillando el Urubamba;
en el cuarto amanecer se asoma a La Ciudad,recorta en la falda del valle
el Templo Sagrado de la Diosa.
Flota embriagada,titubea,noche de placer inscripta en el cuerpo.
Húmeda flor segada en el tálamo de Ullum. Rojo el deseo de la noche anida en el
vientre del secreto más secreto semilla,flor inútil.
Espíritu de Pájaro adivina,huele la ofrenda.
En el Templo la ceremonia comienza.
Blancos velos envuelven a las vírgenes doncellas,
sacerdotisas que alimentan el fuego sagrado de la hoguera.
En su santuario, Vesta resplandece.
Es noche,noche de luna plena,sahumerio de sándalo y alhóe
se diluye en los bosques.
Lunamaria yace dormida,bello acatamiento.
Un cuchillito blanco se hunde blandamente,
corta con el filo el sexo de la luz lejana.
Espíritu de Pájaro,se mece con la sombra,borrosa duermevela;
entre la soledad de ásperas rocas abre,suave,las plumas que no usó
,
los vuelos que no hizo y entra,frágil,en el corazón infinito del tiempo.
(T.Durán Laserna)
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